A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.¡
...
Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.
Entiendo lo que me basta,
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.
De cuantas cosas me cansan,
fácimente me defiendo;
pero no puedo guardarmede
los peligros de un necio.
El dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento,
que humildad y necedadno
caben en un sujeto.
La diferencia conozco,
porque en él y en mí contemplo,
su locura en su arrogancia,
mi humildad en su desprecio.
O sabe naturaleza
más que supo en otro tiempo,
o tantos que nacen sabioses
porque lo dicen ellos.
Sólo sé que no sé nada,
dixo un filósofo,
haciendola cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.
No me precio de entendido,
de desdichado me precio,
que los que no son dichosos,
¿cómo pueden ser discretos?
No puede durar el mundo,
porque dicen, y lo creo,
que suena a vidrio quebrado
y que ha de romperse presto.
...
Dijeron que antiguamente
se fue la verdad al cielo;
tal la pusieron los hombres
que desde entonces no ha vuelto.
En dos edades vivimos
los propios y los ajenos:l
a de plata los extraños
y la de cobre los nuestros.
...
Ni mumuraron del grande,
ni ofendieron al pequeño;
nunca, como yo, afirmaron
para bién, ni pascua dieron.
Con esta envidia que digo
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy,de
mis soledades vengo.
Lope de Vega
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